martes, 7 de abril de 2009

El Sueño






EL SUEÑO
Nuestro romance con el sueño hace que pasemos aproximadamente una tercera parte de nuestra vida durmiendo. Ha habido diversas teorías para explicar que ocurre en ese periodo de reposo. Desde la más antigua y más simple, que viene a decir que algo se desconecta en nuestro cerebro para que nuestra actividad fisiológica y psicológica cese y descanse. Pasando por la esotérica, que promueve que lo soñado es otra forma de vida, espiritual. La teoría psicológica pasa por decirnos que son las frustraciones diarias las que se representan en los sueños y este actúa como una válvula de escape. Últimamente se está extendiendo la teoría que dice que el sueño es un proceso activo, mediante el cual se estimulan varios centros cerebrales con el fin de que se produzcan cambios bioquímicos y hormonales necesarios para la salud.

De todo esto, lo único que podemos considerar cierto es, que para que nos durmamos tienen que ocurrir dos cosas: tiene que haber una reducción de la actividad en aquellas partes del cerebro que nos mantienen alertas durante el día y, al mismo tiempo, ciertas partes del cerebro que se conocen como centros del sueño deben ser activadas.

Pero el sueño es mucho más.

Chuang Tze, filósofo chino, soñó una vez que era una mariposa. Al despertarse, se preguntó: ¿Soy ahora un hombre que sueña que es una mariposa o acaso una mariposa que piensa "soy Chuang"?
Cuando sueñas, contemplas los acontecimientos de cincuenta años en tan solo una hora. Realmente sientes que han pasado cincuenta años. ¿Qué es entonces lo correcto: el tiempo de una hora transcurrido en la conciencia de vigilia, o los cincuenta años transcurridos en la conciencia del sueño? Ambos son correctos.



Un cambio en la consciencia

La consciencia cambia. Este cambio en la consciencia produce la experiencia de la vigilia o la del sueño. Los objetos en sí no cambian. El cambio se produce únicamente en la mente.

Igual que un pez nada alternadamente hacia ambas orillas del río, a la derecha y a la izquierda, o hacia la oriental y la occidental, así se desliza nuestra parte de divinidad entre ambas fronteras, la del sueño y la del estado de vigilia.


La vigilia, el ensueño y el sueño profundo

Al ensueño se le llama el estado intermedio, debido a que está a medio camino entre el estado de vigilia, y el estado de sueño profundo. El mundo del sueño está separado del de la vigilia. Y el sueño profundo está separado de ambos mundos del ensueño y la vigilia.

El sol es la fuente y el lugar de descanso temporal de sus rayos. Éstos surgen del Sol y se esparcen en todas las direcciones durante el amanecer. Pero regresan a él al anochecer, fundiéndose en el mismo para irradiarse de nuevo al siguiente amanecer. Del mismo modo, los estados de vigilia y ensueño surgen del estado de sueño profundo, y regresan a él, desvaneciéndose, para resurgir de nuevo.

Tan pronto como te despiertas, el sueño se vuelve irreal. Pero el estado de vigilia no existe a su vez en el sueño. Ambos estados de ensueño y de vigilia dejan de existir durante el sueño profundo. Éste, a su vez, no está presente en los estados de ensueño y vigilia. Por tanto, los tres estados son irreales. Los producen las tres cualidades de pureza; actividad e inercia. La Realidad Absoluta, es el testigo silencioso de los tres estados. Es la dicha y la consciencia pura. Es la Existencia Absoluta.


La mente en el sueño

La mente está siempre girando como una rueda. Juega con los cinco sentidos de la percepción y obtiene experiencias en el estado de vigilia, recibiendo distintas impresiones sensoriales a través de las avenidas de los sentidos. Estas impresiones se alojan en el cuerpo casual. La ignorancia, o el cuerpo casual, es como el pliegue de tela negra donde se conservan impresos en la mente subconsciente todas tus vidas previas.

Durante el sueño, la mente crea diversos tipos de objetos a partir de las impresiones producidas por la experiencia del estado de vigilia. A veces, las experiencias de nacimientos previos, que se alojan en el cuerpo casual, relampaguean por un instante durante el estado de ensueño.
La mente es la que percibe y la misma mente es percibida durante el sueño. Los objetos del sueño no existen con independencia de la mente. En tanto que dure el sueño, permanecerán las criaturas que en él se perciben, igual que el lechero está presente durante el acto de ordeñar. Sin embargo, en el estado de vigilia, el objeto existe con independencia de la mente. Los objetos de las experiencias de vigilia son comunes a todos nosotros, mientras que los de los sueños son propiedad del que sueña.


La mente crea la abeja, la flor, la montaña, los caballos, los ríos, etcétera, en el sueño sin ayuda de ningún medio externo. Puedes ser testigo durante el sueño de que tu padre vivo está muerto o de que vuelas por el aire. Puedes ver durante el sueño a un león con cabeza de elefante o a una vaca con cabeza de perro. Los deseos que no han sido satisfechos durante el estado de vigilia se ven gratificados en el sueño. El sueño es un fenómeno misterioso. Es más interesante que el estado de vigilia.

Los deseos gobiernan todas las experiencias tanto en el estado de vigilia como de ensueño. En el estado de vigilia, los sentidos son movidos por los deseos; en el estado de ensueño, la mente experimenta por sí sola.

Quien sueña, crea su propio mundo en el estado de ensueño. Sólo la mente funciona independientemente en este estado. Los sentidos se han absorbido en la mente y descansa. La mente es, entonces, como un elefante furioso liberado.

De igual modo que un hombre se abstrae del mundo exterior cerrando la puerta y ventanas de su habitación para trabajar dentro de ésta, así también la mente se abstrae del mundo exterior para jugar en el mundo del sueño con los deseos e impresiones, y disfruta de los objetos formados por ideas o sutiles, que son producto del deseo. El sueño es tan sólo un mero juego mental.
De igual modo que los cuadros se pintan sobre la tela, así también las impresiones recogidas durante el estado de vigilia se impresionan en la tela de la mente. Las imágenes pintadas en el cuadro parecen tener varias dimensiones, a pesar de hallarse pintadas sobre la superficie plana. Del mismo modo, aunque las experiencias del sueño no son, en realidad, más que estados de la mente, uno experimenta lo externo y lo interno en el mundo del sueño. Al soñar, siente que el mundo del sueño es real.
Quien sueña, PARECE hacer cosas en el sueño; pero, en realidad, no hay ninguna actividad.







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